Promesas de la recuperación

Si nos comprometemos con nuestra recuperación y trabajamos con esmero, nos sorprenderemos antes de llegar a la mitad del camino.
Vamos a conocer una nueva libertady una nueva felicidad.
No lamentaremos más el pasado, ni querremos cerrar la puerta tras de él.
Comprenderemos la palabra serenidad y conoceremos la paz.
No importa cuán bajo hayamos llegado, podremos ver cómo nuestra experiencia puede beneficiar a otros.
Nuestros sentimientos de inutilidad y autocompasión desaparecerán.
Perderemos interés en cosas egoístas y tendremos más interés en nuestros compañeros.
La auto obsesión nos abandonará.
Nuestra actitud y visión de la vida cambiarán.
Ya no sentiremos temor por las personas ni inseguridad económica.
Intuitivamente sabremos cómo manejar las situaciones que antes nos desconcertaban.
Pronto nos daremos cuenta de que Dios está haciendo por nosotros lo que no podíamos ni podemos hacer por nosotros mismos.

¿Te parecen exageradas estas promesas? No lo son. Para nosotros ya se están cumpliendo, a veces más rápido, a veces más lentamente.
Si trabajamos por ellas, siempre se hacen realidad